Una oración a Santa Juana de Arco

 Hace muchos años que siento gran afecto por la doncella de Orléans. Siempre me fue de mucha inspiración y en tiempos de lejanía de Cristo, un motivo de contrariedad, pues no podía compaginar el que no dudara de su vida y que a su vez me afirmara como no cristiano. Juana, de alguna manera, fue quien no dejó que se me apagara la llamita que María habría de tomar en sus manos. Por esto, con mi reencuentro con Jesús, una de las mayores alegrías fue el pensar en que por fin podría tener una relación de Fe con Juana, de que podía creer en ella.

Hermann_Anton Juana de Arco
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